http://www.castillosdesoria.com/casoria1.htm
Castillo de Ucero en restauración. muy guapo.
Castillo
de Ucero.Muy sugerente es el paisaje que se ofrece a la vista desde
este castillo sobre los ríos Ucero y Chico, dominando la villa de Ucero,
próximo al cañón del río Lobos (Parque Nacional) y la cuesta Galiana.
El acceso al castillo no lo es menos, tanto si lo intentas a pie desde
la villa como si lo haces desde el camino de la carretera. Descubrirás
un equilibrio en las formas del conjunto que difícilmente puede ser
casualidad.
Es
esta un área de profundas raíces poblacionales, como atestiguan los
restos de arte rupestre esquemático de las cuevas de San Bartolomé
(junto a la ermita del mismo nombre, en el cañón del río Lobos), Cueva
Conejos y Cueva de la Galiana. La Edad del Bronce deja su huella en la
cueva de los Polvoristas y muy especialmente en el yacimiento del
Balconcillo, en el espolón situado sobre la ermita de San Bartolomé,
comparable al importante yacimiento de los Tolmos de Caracena. Otros
asentamientos posteriores se encuentran en el Castro de Ucero y la
necrópolis de San Martín, junto con construcciones romanas como la cueva
de La Zorra, completando un panorama de poblamientos más o menos
continuos desde la antigüedad en este mágico enclave. La primera cita
documental medieval a Ucero es de 1157, un privilegio de Alfonso VII a
la villa de Sotos de Suso, que dice estar entre Oxoma y Ucero.
Florentino
Zamora indica esta fecha como la de asentamiento de monjes templarios
en el convento de San Juan de Otero, que en cualquier caso tuvo que ser
antes de 1170, año en que existe documentado un litigio entre la Orden
del Temple y la de Calatrava que cita el convento. Alejandro Aylagas (El
castillo de Ucero) apunta a un asentamiento templario desde Alfonso I
de Aragón.
Torre
del Homenaje (16KB)Se tiene noticias del castillo desde el S. XIII.
Alejandro Aylagas considera a Juan Gonzalez de Uzero primer señor del
castillo en 1212, siendo posteriormente señor de la villa don Juan
García de Villamayor y su viuda doña María Alfonso de Ucero. Estuvo
vinculado a la ermita de San Bartolomé y su extinguido convento de San
Juan de Otero, ambos de origen templario. La villa es adquirida por el
obispo de Osma Juan Ascarón en 1302 por una cantidad casi simbólica,
junto con sus trece aldeas, a los nietos de don Juan García de
Villamayor. La toma de posesión no estuvo exenta de complicaciones por
antiguos derechos sobre la villa, pero pasará desde esta fecha a formar
parte de los distintos prelados. Así, en el S.XV, el obispo don Pedro de
Montoya lo acondiciona y reconstruye. En el S. XVI, Honorato Juan hace
colocar su escudo sobre la puerta de acceso, que aún hoy se conserva. En
cierta etapa llegó a ser cárcel de clérigos. Una cronología más
detallada de los avatares históricos de Ucero podemos encontrarla en un
artículo de Ángel Almazán en Revista de Soria, nº9, p.p.62-63.
Planta
del castillo (5KB)El castillo poseía un triple recinto amurallado del
que conserva aún bastantes ruinas, lo que le proporcionaba una especial
resistencia a los asedios. El acceso se realizaba desde el exterior por
un conjunto de rampas ingeniosamente dispuestas para su mejor defensa,
que finalizarían en un puente levadizo del que hoy no queda más que su
ubicación. El interior dispone de otra barrera en el lado este y los
restos de un aljibe abovedado, además de restos de distintas estancias y
los huecos de la viguería de madera en los muros. Completaba la defensa
por el lado sur una barrera que llegaba hasta las ruinas de una ermita o
iglesia románica (¿Nuestra Señora de la Villavieja?) de gruesos muros
de mampostería, a la que se accedía por una puerta practicada al efecto
en la rampa superior, y en torno a la que Florentino Zamora situaba el
convento de San Juan de Otero en lugar de junto a la actual ermita de
San Bartolomé. Sea como sea, el camino entre el castillo y la ermita no
está exento de signos de interés.
Gárgola
-Pero lo más destacado son los detalles de la torre del homenaje con
las esquinas en sillería, en mejor estado que el resto y donde se pueden
apreciar las hileras de ménsulas que soportaban el desaparecido
almenado, ajimeces del S. XIII y una ventana de arcos ojivales con una
moldura en su parte superior decorada con dos pequeñas gárgolas
asimétricas. Gárgolas fantásticas también hay en el exterior, una de
ellas con tres figuras y la otra con una figura con sus brazos en el
regazo sujetando un objeto (¿un cántaro, un instrumento musical?) y un
águila sobre ella agarrando una serpiente. El interior muestra una
bóveda ojival bellamente engalanada con pinturas y modillones interiores
decorados con cabezas y personajes. En la clave de la bóveda de la
torre se encuentra un agnus-dei, figura de oveja o cordero que algunos
autores asocian con la simbología templaria.
Clave
de la bóveda .Existe un pasadizo subterráneo que desde el castillo
desciende hasta el río Chico, practicable en unos 30 m. sin necesidad de
linterna, para acceder a la aguada en caso de asedio y que se encuentra
derrumbada en gran parte. Tenemos un detallado estudio de la primera
sección de este pasadizo o mina en el trabajo de Francisco Garía Riesco
Ucero (Soria). Breve estudio sobre una mina de castillo (Castillos de
España, nº120, pp. 43-47). Según este autor se trata de una mina
excavada en el suelo, a veces en roca, con adición de una bóveda de
cañón ligeramente apuntada realizada con lajas de sillarejo y calicanto,
con una altura variable entre 2,13 y 1,5 m. y una anchura más o menos
constante de 1,16 m. La pendiente que supera para llegar hasta el río es
de unos 60 m. por una empinada ladera.
En
resumen, estamos ante un ejemplo de arquitectura como mínimo poco
común, que desde luego no nos dejará indiferentes. Sus proporciones y
equilibrio, un entorno bellísimo, las elaboradas técnicas de defensa y
sobre todo su esbelta torre, hacen del castillo de Ucero uno de los más
merecedores a recibir una restauración global antes de que sea demasiado
tarde. Los accesos son excelentes y el entorno turístico (cañón del río
Lobos y Laguna Negra) muy valioso
Próximo
a la villa, de la que hay que destacar la advocación a San Juan
Bautista de su parroquial, también podemos encontrar la llamada cueva de
La Zorra, que es en realidad una parte rehabilitada (unos 100 mts) del
canal romano que llevaba agua a través de un acueducto de 20 kms desde
el manantial de Ucero hasta Uxama, y que es fácil visitar.
Por
cierto, que las truchas del río Ucero tienen fama internacional. Cómo
será que fueron utilizados alevines de este río para repoblar la Real
Granja de San Idelfonso. No dejes de probarlas, como han hecho durante
siglos los obispos de Osma en su acotado.
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